El
calabacín es una de esas hortalizas
que son ideales para realizar dietas. ¿Por qué? Porque su
composición es fundamentalmente de agua, lo
cual significa que es bajo en calorías,
además de aportar poca cantidad de grasas.
Por
su parte, el calabacín ofrece aportes de fibras, proteínas, folatos
y una buena cantidad de vitaminas del grupo C y B. A pesar de ser de
la familia de las calabazas, su aporte de betcaroteno no es tan
significativo. Yendo al apartado mineral, el calabacín tiene un buen
aporte de potasio,
como así también magnesio, sodio, yodo, calcio y algo de hierro.
El
calabacín es una interesante opción para todos aquellos que gustan
de los vegetales y sus buenos aportes. Minerales, vitaminas y otros
importantes nutrientes se conjugan en un sabroso vegetal.
SALSA
DE QUESO FRESCO Y CALABACINES
– 1
chalota o cebollita francesa (o una cebolleta)
– 1
diente de ajo
– 1
puerro pequeño y tierno
– 1
calabacín pequeño (250g)
– vino
blanco
– 100g
de queso fresco
– aceite
– sal
ELABORACIÓN
Pelamos y picamos la
chalota y el ajo muy menudos. Lavamos, secamos y partimos el puerro
en ruedecitas. Lavamos, secamos y cortamos los calabacines, primero
en ruedas y luego éstas en 4 trozos. Ponemos en una sartén al fuego
2 cucharadas de aceite y sofreímos en ella la chalota, el ajo y el
puerro durante un par de minutos.
Añadimos
el calabacín, rehogamos e incorporamos medio vasito de vino blanco.
Avivamos un poco el fuego para que el vino se reduzca, después lo
bajamos de nuevo, tapamos y dejamos pochar a fuego lento, hasta que
esté tierno. Si es necesario, añadimos un poquito de agua o caldo.
Por último, ponemos en el vaso de la batidora el queso y el sofrito
juntos, sazonamos con sal y batimos hasta obtener una crema fina.
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