resistir
al “lobby oculto”
Paco
Puche, Federico Aguilera Klink, Óscar Carpintero, José Manuel
Naredo , Jorge Riechmann
En rojo las aportaciones que nos parecen imprescindibles para entender bien el artículo.
En
este creciente auge del simulacro sobre lo real, fundamental para las
nuevas formas de ejercer y legitimar el poder, juega un papel clave
la industria de la comunicación, ‘Public Relations’… Una
actividad que se especializa en la “ingeniería del consenso”.
Creando pensamiento único, como forma
de ampliar mercados y crear un clima político-social propicio a la
expansión de las grandes empresas, al tiempo que se ayuda también a
desactivar y vencer las resistencias. Una actividad de promover el
‘Business as Usual’ muy amplia que va desde el fomento del
patrocinio, la filantropía corporativa, la promoción de grandes
eventos y la proyección de marcas hasta la llamada responsabilidad
social y ambiental corporativa. Ramón Fernández Durán
El
capital trata de apropiarse de los movimientos ecologistas
razonables, para reconvertirlos en domesticados capitalismos verdes o
formas de negocio con el agotamiento del planeta.
Pedro A. Prieto
Los
poderosos del planeta no son tontos. Saben que los recursos son
limitados, saben que el cambio climático va en serio, saben que el
petroleo se agota, que no se puede tener el nivel de vida occidental
para todo el planeta y saben que no todo el mundo está dispueso a
aceptar las condiciones del capital. Para ello tiene que conseguir:
- Una cantidad suficiente de consumidores que lespermitan mantener sus beneficios.
- Que la politica de los gobiernos occidentales respalden sus políticas.
- Que la politica mundial no se descontrole.
David
Madrid
Las
citas precedentes proporcionan algunas claves para situar el contexto
en el que opera el poder de las grandes empresas en la actualidad. Un
poder que se muestra con el propósito de hacer más negocios y,
simultáneamente, eliminar las resistencias. Están intentando la
cuadratura del círculo: ser, a la vez, saqueadoras y benefactoras de
sus damnificados.
Si
las multinacionales (J.P. Morgan, Nestlé, Wal-Mart, Monsanto, etc.)
tratan de gobernar el mundo es por su necesidad intrínseca de
obtener ganancias a interés compuesto, o en progresión geométrica.
Desde hace unas décadas han agotado la capacidad autorregenerativa
del planeta, se encuentran con un “mundo lleno”, por lo que ahora
más que nunca han de controlar todo lo
explotable. En estas circunstancias, se
ven obligados a dirigir la política internacional para que los países
que todavía no se han domesticado o no están en la órbita occidental no tengan capacidad para modificar sus intereses y puedan seguir
actúando por la desposesión de los últimos vestigios de
autonomía de los pueblos: los bienes y usos comunes, los
inmateriales, la vida y la dignidad de las gentes.
Buen
ejemplo de todo esto que decimos, no es solo la profunda crisis
mencionada, sino las nuevas formas con las que este capitalismo senil
se reviste para poder caer, subrepticiamente, como un enjambre de
langostas en la última frontera del beneficio.
El
caso de las semillas de los cultivos es una buena muestra de la
necesaria rapacidad del sistema. Lo resume muy bien Silvia
Pérez-Vitoria cuando dice que: “entre el 60% y el 80% de la
población agrícola del mundo vive en unidades de producción de
pequeño tamaño (…). Es a estos campesinos que las multinacionales
quieren obligarles y robarles las
plantas susceptibles de ser patentadas”1 .
El
sistema necesita con urgencia, además de su plan A (seguir con los
negocios como lo hace habitualmente: business
as usual),
un plan B (la conquista del alma de las gentes y de las resistencias
sociales2).
Pues tampoco es tan poderoso como aparece a primera vista, porque si
lo fuera no tendría necesidad de invertir tantos millones de dólares
en Responsabilidad Social Corporativa (RSC), lavado verde, lobbying,
publicidad y clientelismo a través de ONGs leales a sus intereses3.
Necesitan
seguir “conveciendo” a los subditos pro occidentales.
El
plan B del gran capital
Se
puede resumir diciendo que es “la suma de maniobras destinadas a
ganar consenso, legalizar estas formas de enriquecerse, lograr
obediencia y/o complicidad, publicitar sus objetivos como si fueran
idénticos a los de la sociedad y desacreditar las alternativas como
si fueran ´ataques´”4.
En una palabra, buscar
legitimidad para
seguir llevando las riendas de la politica internacional desde los
paises occidentales.
Destacan
por su especial relevancia dos maneras de llevar a cabo este segundo
plan: una, la denominada “Responsabilidad Social Corporativa”, y
otra, la que tiene por objeto la cooptación de los movimientos
sociales de resistencia y ONGs alternativas. “Sin lugar a dudas que
estos planes B empresariales, abonados por técnicos, intelectuales y
ciertas ONGs son el mayor desafío a vencer por parte de la
resistencia civil.”5
En general, podemos decir que el capital trata de apropiarse de los
movimientos ecologistas razonables, para reconvertirlos en unos
agentes domesticados del capitalismo verde. Desde
su lógica el capitalismo es mejorable y necesitan de un rostro verde
que les siga permitiendo hablar de Sostenibilidad.
Unas
notas sobre la Responsabilidad Social Corporativa (RSC)
La
mejor definición de lo que pretende esta RSC la dio Ban Ki-Moon, en
20086. Dijo: “tenemos que pasar de la responsabilidad de los
negocios al negocio de la responsabilidad”. Para las empresas, en
el orden capitalista, se trata de eso y solo de eso. Si alguien
quiere llamarse a ilusiones socializantes o de sostenibilidad, (los
conceptos de Socializar y Sostenibilidad, pertenecen al tipo de
sistema que pretenden mantener: Un socialismo de ricos para
Sostenerse), las
declaraciones del director de Responsabilidad Social Corporativa de
Mapfre7
son más que persuasivas: “en el fondo buena parte de lo que se oye
en RSC tiene su raíz en ese propósito cosmético que siempre nos
acompaña en la empresa”, y es que por más vueltas que se le dé,
en una sistema capitalista la única responsabilidad social de las
empresas consiste en incrementar sus beneficios, como sostenía el
representante de la economía neoliberal Milton Friedman. Si
fuesen tan tontos haria tiempo que habrian cometido muchos mas
errores sin capacidad de mantenerse en el poder, de sostenerse. Saben
que algo tienen que perder para seguir sosteniendo este sistema. Les
interesa hacernos creer que solo se preocupan del dinero, tienen la
capacidad de gastar su dinero en influenciar la politica para
mantenerse en poder.
No
lo pueden evitar, les
interesa mantener la creencia y al mismo tiempo mantener sus
beneficios
y : “Si una gran empresa que cotiza en bolsa no logra cumplir con
la fórmula de un rápido crecimiento y beneficios a corto plazo, sus
directores, que
al fin y al cabo son sus peones, se
verán expuestos a ser despedidos directamente, o incluso a posibles
acciones legales (…) ni los banqueros ni los inversores juzgan el
rendimiento empresarial según el grado de contribución al bien
público. Mas
bien respaldaran politicas empresariales que les garanticen mantener
sus beneficios y la Sostenibilidad del sistema que les protege, esto
si que forma parte de su moral”.8
Para
concluir con la RSC y “no caer en moralina, admitamos que el
objetivo lógico y común de todo negocio es el lucro… las empresas
son empresas y no ONGs; y esto va de ganar
dinero”9. Quien así se sinceraba era el director de
Reputación e Identidad Corporativa de Telefónica, empresa que ha
tardado bien poco en poner en funcionamiento esta lógica con el
reciente anuncio de despidos masivos de varios miles de trabajadores,
a la vez que incrementa sustancialmente los sueldos de sus directivos
en varios cientos de millones de euros, días después de haber
declarado los mayores beneficios de su historia.
A
por los movimientos sociales de resistencia
Dos
fundaciones muy activas en este capítulo nos sirven para ilustrar
cómo opera el gran capital en este apartado de su plan B. Se trata
de las llamadas AVINA (Liderazgos
para el desarrollo sostenible en America Latina)
y
Ashoka (Todos podemos cambiar el
mundo) , que tienen su espacio de operaciones preferente en
España y Latinoamérica. No son las únicas. La
mayoria de las fundaciones creadas en los últimos 40 años lo han
hecho al amparo y en beneficio del sistema capitalista.
El resto del Artículo lo suscribimos
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