Theme Preview Rss

La Ecología Política como centralidad del siglo XXI(1)

El siglo XXI, va a ser el siglo de la crisis ecológico-social: el de la escasez de recursos, el del cambio climático y el de la crisis de biodiversidad; es y será el siglo de la ecología política.

Los problemas del siglo XXI, que superaran los límites biofísicos del planeta, no se pueden resolver con las recetas ideológicas y los instrumentos políticos del siglo XX. Un dato confirma esta imposibilidad: los sectores progresistas se definen también como feministas y ecologistas. Esta definición, compuesta, desvela la insuficiencia actual de la propuesta ideológica socialista para analizar los problemas centrales de la sociedad y proponer soluciones para ellos. De ahí la necesidad de construir un espacio más amplio.
Lo explicaré gráficamente. Durante los siglos XIX y XX los problemas centrales de la sociedad fueron sociales. En el siglo XXI, sin embargo, el problema central es una triple crisis, que entrelaza: una crisis climática causada por el hombre, una crisis energética y una crisis de biodiversidad, originadas, todas ellas, por la deficiente inserción de los sistemas humanos en los sistemas naturales. Quiere decir esto que se ha producido un desplazamiento del eje de los problemas centrales de la sociedad desde lo social a lo ecológico. Este desplazamiento no ha sido advertido o no quiere ser reconocido por parte de la izquierda, como ponen de manifiesto algunos discursos y muchas de sus propuestas. Analizar y dar respuesta a los problemas desde la transversalidad de las políticas medioambientales, como pretende la izquierda, no es suficiente, pues la transversalidad pone el foco al final del proceso, cuando el problema ya existe, olvidando las causas que lo originaron. Es necesario, en cambio, actuar en el origen del problema: el modelo de producción y consumo que tenemos y situar, como hace la ecología, la crisis ecológico-social en el centro de la política y de la sociedad.
Por tanto, la propuesta de creación de un espacio de izquierdas, ecologista y feminista, y además nacionalista, que se hace desde ciertos sectores, es una invitación a seguir actuando con la mirada puesta en el retrovisor. El siglo XXI requiere mirar hacia adelante. Y esta nueva visión la proporciona la ecología política, con su propuesta ideológica nueva, centrada en los retos y los problemas centrales que tenemos hoy. La concurrencia de la triple crisis ecológica y de la crisis financiera y social que explotó en 2008 nos proporciona un dato: que esta última tiene un origen medioambiental: la escasez de recursos. La crisis financiero-social es, entonces, una crisis ecológico-social. Y este dato nos lleva a una conclusión: la solución que plantea la izquierda a la crisis social, basada en el crecimiento ilimitado, es inviable en un planeta limitado, pues no hay planeta suficiente para mantener el ritmo de vida actual, para generar más acumulación de manera ilimitada y tener así más riqueza para repartir. La segunda conclusión es que para resolver la crisis social hemos de resolver al mismo tiempo la crisis de recursos, climática y de biodiversidad. No es suficiente poner primero el foco en la protección de los derechos humanos básicos: derecho al trabajo, a la vivienda, a la salud, a la educación, a la justicia y pensar que después podremos resolver la urgencia ecológica en la que estamos inmersos. No tenemos tiempo.
Tendrán que decidir las fuerzas progresistas hacia donde se dirigen: si por la ecología política o por aquella izquierda que está perdiendo el tren de la historia, por mantener posiciones ancladas en el pasado. Si yo me encontrara en esa disyuntiva mi opción sería fusionarme con el futuro, con la ecología política y convertirme en la corriente ecosocialista dentro de ésta. Pero no digo nada nuevo.
Para defender cada país y a su gente basta entender que sin planeta no hay país, que sin justicia ambiental no puede haber justicia social, porque somos, sobre todo, ciudadanos de la Tierra, parte de una comunidad planetaria integrada también por seres distintos de los humanos, no solamente españoles o europeos.
El campo de juego del partido y la naturaleza de los equipos que lo disputan están fijados. Siguiendo con el símil futbolístico, el equipo que juega en casa es la ecología política, en tanto que la izquierda es el equipo visitante. Antes fue al revés, es cierto. Pero el partido del siglo XX ya se jugó. Hoy estamos jugando el partido del siglo XXI. Por eso en este partido la ecología política es la centralidad, no la periferia. La pelota está en juego.
El nuevo concepto se llama Sustentabilidad que promueve cubrir las necesidades utilizando Recursos Cercanos, Renovables y Saludables.

1 Francisco Soler 24.03.2016 

0 comentarios:

Publicar un comentario